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Foto del escritorPablo Estévez

Sesión 4: ¿Se está evaluando bien?

Cuando escuchamos la palabra "evaluación" a todos nos vienen a la cabeza los exámenes, las notas y probablemente algunos recuerdos de momentos de tensión y estrés (o no) en los que nos jugamos el tipo en una prueba que determinaba si aprobabamos o suspendíamos un parcial, una asignatura, un curso o la carrera.

Algo que es evidente es que el proceso de evaluación (cómo se vaya a llevar a cabo) afecta a todo el proceso educativo, tanto de aprendizaje como de eseñanza. No se enseña ni se estudia igual si la evaluación va a ser un examen tipo test, uno de desarrollar ideas o bien de resolver problemas. En consecuencia, el sistema educativo se esta viendo condicionado por los métodos de evaluación. Para tratar de dar una vuelta de tuerca a esta reflexión, se debería también entrar a valorar si esos métodos son justos, son objetivos o si los criterios de evaluación están claramente delimitados.


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En la cuarta sesión de la asignatura de Innovación y TICs en la Enseñanza se ha tratado el tema de la evaluación y se ha debatido sobre si los métodos de evaluación que se emplean actualmente son los más adecuados, si son útiles para los objetivos que se buscan o si presentan carencias. La mayoría de intervenciones en clase han ido en la línea de cuestionar cómo se están realizando las evaluaciones, poniendo de relieve el ejemplo de los procesos selectivos por oposición para los profesores de Secundaria y Bachillerato puesto que en ellos se le da una importancia capital a los conocimientos pero mucho menos a lo que debería ser más importante: ¿está esa persona preparada para dar clase y encargarse de formar a las generaciones venideras en cualquiera que sea la materia a la que se presenta? ¿será capaz esa persona de entender a los alumnos, sus problemas y circunstancias y empatizar con ellos? ¿buscará potenciar en los alumnos el espíritu crítico y el desarrollo de ellos como personas? Muchas de las cosas planteadas en estas cuestiones se están pasando por alto a la hora de seleccionar al personal docente.

Durante la exposición, algo más rápida de lo que nos hubiese gustado, Nacho ha hablado del concepto "copetencias clave", de su introducción en la legislación educativa española y de su evolución desde que se acuñó en el año 2005 en el seno de la OCDE. Una explicación resumida sobre el conocimiento competencial que se demanda a los estudiantes, según la legislación actual, es que deben: saber decir, saber hacer y saber ser.

Otro de los bloques que se han tratado es el de la planificación de las clases y la importancia que tiene una planificación al detalle basada en tres pilares esenciales: OBJETIVOS-EVALUACIÓN-PRÁCTICA. Nacho ha contado los principales aspectos de la EVALUACIÓN y cómo está intimamente relacionada con los OBJETIVOS puesto que se planifica en función de éstos. También ha explicado los tipos básicos de evaluación que existen: diagnóstica, sumativa y formativa así como la importancia de esta última para alumnos, profesores y familias.

Por último se ha abordado el bloque de la evaluación en sí, dando respuesta a las preguntas: ¿qué evaluar? ¿quién evalúa? ¿cómo evaluar? o ¿cuándo evaluar? Aquí se ha visto la importancia del feedback, los tipos (caliente y frío) y algunos consejos a la hora de proporcionarlo. Posteriormente Nacho ha comentado algunas herramientas digitales (flipquizz, socrative, class dojo, etc.) y no digitales (rúbricas, cuestionarios, portfolios, etc.) que los docentes tienen a su alcance para poder evaluar a los alumnos. Ha finalizado la sesión comentando cómo debe diseñarse una evaluación siguiendo un proceso con tres escalones. En primer lugar estaría la identificación de los estándares de aprendizaje que desarrollen los contenidos a evaluar. En segundo lugar, identificar qué competencias desarrollan esos estándares. Y, en tercer lugar, diseñar la herramienta de evaluación. Como ejemplos de herramientas se han visto los cuadernos de notas, las rúbricas y los exámenes.

Probablemente, el aprendizaje más significativo de esta cuarta sesión de clase tiene que ver con lo extenso que es el concepto de evaluación, su importancia y todas las implicaciones que tiene frente al simplismo de un mero ejercicio escrito al que se le pone una calificación. Otro elemento a destacar tiene que ver con que no son sólo los alumnos los que deben ser evaluados, sino también los docentes y sus métodos. Si bien, en el sistema público actual no existe un método de evaluación a la docencia, éstos deben asumir la responsabilidad de autoevaluarse y ver si los métodos que emplean son los más adecuados.

Evidentemente, la mejor manera de aprender a evaluar es mediante la práctica y la realización de los ejercicios propuestos en clase por Nacho son el primer paso. Aún así creo que es necesario dedicarle más tiempo a entender bien el proceso de diseño y planificación de la evaluación y, sobre todo, a aprender a utilizar todas las herramientas que nos han proporcionado.

Todas estas enseñanzas y lo aprendido de ellas debe jugar un papel determinante en nuestro futuro como docentes puesto que la correcta aplicación de todo lo visto marcará la diferencia entre un buen docente, que evalúa a su alumnado de manera clara, justa y objetiva, con otro que siga calificando exámenes y elaborando ránkings de alumnos. Es cierto que todo lo visto sobre la evaluación revierte en una mayor carga de trabajo para el docente puesto que le exige un trabajo previo de diseño y planificación y otro posterior de corrección y análisis pero debemos ser plenamente conscientes de que es lo que los alumnos merecen y que es lo que a nosotros nos gustaría que hubiera tenido lugar cuando eramos estudiantes.

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